viernes, junio 06, 2014

CAÍN, Día 4: Striptease/Ensayo de Luces y El Camino del Insecto


Jueves en CAÍN. No habrá una, ni dos puestas, habrá tres.
Se trata primero de dos ejercicios escénicos Striptease y Ensayo de Luces; la jornada empieza para el público a las 6 de la tarde en Casa Inverso con un aforo casi completo, bastante más que en la función de ayer a esa misma hora, en ese mismo lugar.
La razón: se trata de la escena emergente de CAÍN, sección que da la oportunidad a jóvenes talentos de participar en el encuentro, quienes además, tienen dos textos de reconocidas dramaturgas de Argentina y México: Lola Arias y Bertha Hiriart.

Por estas razones, se reúnen muchos de los teatristas -o teatreros, para ser más coloquiales, menos diplomáticos- conocidos de la ciudad, además de algunos ya ubicados fanáticos del teatro. Poco público nuevo.
El programa se dividirá en dos: primero veremos Striptease.
Al entrar, nos recibe una lúgubre iluminación roja, un actor y una actriz dando vueltas a los cuartos, al parecer escondiéndose uno del otro. Un pequeño grupo de música acústica está al fondo, con acordeones y guitarras dándole un contexto melancólico a la habitación.




Una vez que la audiencia se ha acomodado en sus asientos, los actores también lo hacen, se sientan cada uno junto a una de las puertas y la función comienza.
Se trata de un texto sobre una pareja -expareja- que al parecer no ha podido superarse. Hablan sobre su relación, sobre el bebé que tuvieron, celos, falta de libertad, rutina, verdades y cuentas pendientes del pasado. Los actores tiran las líneas, sentados casi siempre, con entonaciones adecuadas, pero no suficientes, a veces acartonadas, probablemente por respetar al pie de la letra la línea escrita, sin un estilo de actuación claro.
Un ejercicio escénico, una obra corta, nada arriesgada ni propositiva y floja sobre la incapacidad de superación de una relación con claras marcas en cada uno de ellos.


Cuando la obra termina, se anuncia que una editorial local, Pollo Blanco, publicará el trabajo escrito. Los dos actores serán la portada del libro.
Se nos pide salir un momento mientras se acomoda el siguiente ejercicio.
Afuera, el público especializado comenta y yo puedo escuchar, al no tener otra cosa que hacer, la obra que se acaba de ver. Algunos hablan sobre la profundidad del texto, otros sobre los dos actores, unos opinan que ella es mejor que él, otros opinan exactamente lo contrario. No hay consensos.
El tipo de comentarios que genera una obra que no ha llenado las expectativas o que no alcanzó a llegar a los sentimientos del público.
El tipo de ejercicio que, según mi opinión, solo podría interesarle en algún nivel a la gente de teatro. Por el hecho de ver a los jóvenes o por ser un texto de una persona reconocida, o ambas, pero que tendría muy poco interés en el público general. Algo que se ve reflejado en la gente que asistió.
Después de que el equipo del encuentro acomoda la sala, podemos volver a entrar.


La segunda alineación escénica nos espera ya en posiciones, calentando para Ensayo de Luces.
Después de unos momentos, nos damos cuenta que el calentamiento es parte de la obra.
Una metaobra: obra dentro de una obra, dentro de una obra.
Una directora habla con sus actores sobre lo que tienen que hacer, en ese momento, los actores comienzan a ejecutarlo, la ficción dentro de la ficción trata sobre un director que quiere tener su ensayo de luces con una actriz que disfruta de causar celos a la esposa del director, quien era actriz también antes de tener un hijo con él, ella solo quiere ir a cenar, mientras que el obsesionado director pasa un mal rato al tener que lidiar con ella y otros conflictos que no le permiten correr su ensayo. También se encuentra el técnico que se encarga de iluminar, quien tiene grandes proyectos para dirigir y escribir.
Una obra sobre celos, aparentemente personal de su autora, y sobre lo difícil que es hacer teatro.
Al escribir el presente texto, me doy cuenta que leído parece más interesante de lo que realmente fue, tal vez por el choro del metateatro.






Otro ejercicio escénico, un poco mejor actuado y puesto. Ya se siente como una obra, con momentos divertidos y satíricos, pero con poca emoción fuera de eso y algunas líneas aún dichas sin mucha técnica, sobre todo por el actor que interpreta al director, sigue sintiéndose algo exagerado y como un ejercicio. Los actores que hacen al técnico y la actriz brillan por su interpretación.
Al igual que el anterior, por contenido y forma, pasa como un ejercicio que solamente podría tener un interés para la gente de teatro, pero para nadie más. Incluso hay alusiones a obras locales, de las cuales el público que está ahí se ríe, nada malo, solo un detalle, pero un detalle que revela mucho.
Al final, el director del ejercicio agradece la oportunidad de Escena Emergente de poder tener espacio en un lugar donde hay público más exigente y especializado. Me parece que es un acierto pensar en el público exigente y un arma de dos filos pensar en el especializado.
Haciendo respuesta a lo solicitado, como público exigente digo una cosa: me parece que hay que arriesgarse más, buscar textos donde haya que investigar un poco, afuera del ambiente y situaciones del teatro, para poder llegar a mayor público, también buscar formas de escenificación más creativas. Algo ultranecesario para poder hacer más y mejor teatro, con funciones pagadas y solvencia.
Afortunadamente, se trata al parecer de muchachos que están ingresando al teatro profesional y subiendo rápidamente. Puede notarse ya una calidad y esperemos que la sigan elevando, haciendo caso de lo que el público general quisiera ver, sin traicionar sus principios artísticos.

La función termina con aplausos del público.

Después de esto, que se siente como un aperitivo, nos vamos casi todos al Estudio Tres23 para ver El Camino del Insecto del Grupo Ocho Metros Cúbicos del D.F.
Una larga fila desde temprano para conseguir boletos bajo una lluvia ligera. Muchos de los que estábamos en Casa Inverso, mas otra comitiva. Una cosa en común: mayormente gente de teatro o funcionarios de cultura, poco público general. Algo lamentable, pero entendible: la obra es de David Gaitán, reconocido creador escénico, quien además le asistió dirección a Martín Acosta en la grandiosa versión de Timboctou que vino a Guadalajara y contó con talento de aquí.

Después de sentarnos todos los conocidos, directores, actores, críticos, excríticos, funcionarios, organizadores y/o dramaturgos en la gradería del Tres23, acomodada hacia la pared de la entrada, la función comienza con energía y precisión.
Nuestros dos actores salen a escena y nos narran un prólogo: la suciedad de los mundiales y del futbol. Los argentinos, en particular Maradona, revelaron años después que en la final contra Brasil, la famosa final de la Mano de Dios, literalmente envenenaron al rival para que perdiera.
Las consecuencias sociopolíticas del futbol. La corrupción imperante en una nación con un futbol también tramposo: el presidente Menem consigue una mayoría dictatorial de manera igualmente sucia.
La obra continúa y ahora estamos en México, en el futuro no muy lejano. México está en la final, un portero debe parar un penal decisivo, la dictadura, esa que no existe, pero si existe, sigue en el poder. Hay una esperanza de abolirla, pero existe un plan para detenerla.
El portero comienza a quedarse ciego y frente a él solo puede ver a un insecto suspendido en su vuelo, mirándolo directamente a los ojos. La obra se convierte en un ejemplo magistral de dramaturgia y dosificación de la información, un entramado de revelaciones que nos hacen saber poco a poco que demonios está sucediendo. 






Con una dirección escénica muy precisa, actuaciones consistentes y siempre en un tono y energía adecuados para llevarnos a lo largo de la trama, utilizando los dispositivos escénicos estrictamente necesarios con mucha creatividad, la obra no pierde potencia ni atención ni por un segundo.
Es, además, un tema sumamente necesario en nuestro contexto político actual. Una obra que debería ver más gente de la que estrictamente fuimos a verla en esa función.




El desarrollo oscila entre la opinión personal, pero bien fundamentada del texto sobre la relación política-futbol y la historia que se nos cuenta de una manera muy interesante. El público es capaz de imaginar y emocionarse con las escenas que se narran, hay tensión y distensión, conflicto y confusión bien manejadas. Uno puede imaginar las escenas montadas en su cabeza como en una película. 
Una obra emocionante que conecta con el espectador. 


Comienza a llover fuerte, el techo del Tres23 hace mucho ruido.
Esto le va a la obra cuando llega a sus momentos más tensos. Atmósfera y emoción, además de la que crea la música, también muy precisa.
Al final, los aplausos le ganan al ruido de la lluvia.


Mientras la lluvia se va, la mayoría de los que estamos ahí nos quedamos un rato a charlar. Todos parecen muy contentos de haberla visto, se encuentran satisfechos.

Es probable que el público general haya preferido ir a ver Níobe al Jueves de Teatro de la Secretaría de Cultura ,algo que me parece necesario para la generación de públicos y cumplimiento del gobierno con su responsabilidad de dar cultura, y por eso no hayan asistido a ver esta obra que tiene menos probabilidades de verse en Guadalajara. Sin embargo, pienso que sería buena idea pasarlo a lunes, para no interferir con la oferta teatral de Guadalajara, casi no hay obras los lunes.
En relación con la generación de públicos, debo insistir en la importancia de convertir a las alrededor de 300 personas que asisten al teatro en Guadalajara en mil. Esto se logra mediante obras como la segunda que vimos este día, que combina cosas que le interesan a la gente con una buena calidad y propuesta escénicas, que nos mantienen entretenidos y tensos, para al final llegar a una reflexión generada por la emoción.
Además, uno de los actores menciona el mérito del encuentro por ser organizado mayoritariamente con recursos privados, no públicos. Algo considerado como insólito para muchos.
Vemos entonces que si se puede hacer esto, tan necesario para el desarrollo sano económico del teatro y su posterior profesionalización.

CAÍN se anota su segundo 10 con esta obra.

El viernes, en el penútlimo día, toca algo de danza por primera vez en el Encuentro: Ejercicio Existencial del Cuerpo que Habla Parte I, de Experimental Machina.

Terminado el "Jueves de Teatreros VS. Jueves de Teatro", esperemos ver grupos mas variados de público el viernes.

2 comentarios:

  1. Hola Mauricio. Soy Rogelio, el director de ensayo de luces.
    Primero me gustaría agradecerte el hecho de ser uno de los pocos que se han atrevido a hacer crítica teatral en guadalajara. Esto sólo se lo había conocido a alejando león en su programa de radio "tercera llamada". Creo que es una actividad, junto con el árbitro de un partido de fútbol que yo podía denominar mártir voluntario.

    No puedo negar que esperaba con ansias conocer tu opinión de la obra y es que si a veces no comparto tu opinión si la respeto por su honestidad.

    Mi obra fue un examen de dirección que yo hice hace como dos años dentro e la escuela de teatro y creció de una forma insospechada. Quizás el tema no sea uno que le llame la atención al público en general pero en el momento en que la puse a mi me pareció muy interesante, principalmente por el discurso meta teatral.
    Agradezco el tiempo que te tomaste para escribir sobre el programa de ayer y adelante con la crítica teatral, los teatreros siempre vamos a ser sentiditos.
    Saludos.

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  2. Muchas gracias.
    La crítica es chida y bienvenida mucho más cuando es honesta.

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