jueves, junio 12, 2014

Último día de CAÍN. Por Violeta Parra

El arrojo femenino en escena en el último día de actividades, fue lo que le puso la tilde a CAÍN en esta su tercera edición.

Desde las 19:40 horas la sede de la calle Santa Mónica en Guadalajara, comenzó a recibir al público asistente. En total 43 espectadores que entraron en la atmósfera CAÍN para brindar toda su atención a las 3 actrices y 2 músicos que tomaron el corazón de la Casa Inverso para exponer; Mis pasos que se detienen y andan, montaje encargado de cerrar las actividades programadas para el presente año.

Entre partituras de movimientos, palabras dichas, notas musicales en vivo y silencios, mostraron un recorrido desde la infancia hasta la madurez joven, con sus vivencias más significativas.

Tres mujeres de notable diferencia en carácter que rebelan anécdotas y recuerdos, a la vez que se preguntan cosas como: si la preñez es una enfermedad con un desenlace catastrófico para el que la padece. Y sin pretender detonar una rebelión feminista, cuestionan los distintos personajes que las mujeres representan día a día, mismos que son construidos al gusto de aquella sociedad en la que se desarrollan y a lo que se contrapone un pensamiento constante de -Yo! Sólo quiero ser yo-
Sin duda la participación de esta producción significó, más allá de sólo un hecho escénico, un ejercicio de memoria sobre la desigualdad y la exigencia de libertad nuevamente, ejes sobre los que ha caminado CAÍN desde que fue trazado.

De esta manera, la intensa actividad que se desarrolló durante una semana de exposición de obras de teatro y danza, así como el trabajo de varios meses de preparación, permiten cerrar un círculo que dará paso a otro, la edición 2015 que comenzará a germinar después de unos contados días y de un respiro necesario, justo para evaluar lo que acaba de terminar.

Con seguridad podemos decir que el CAíN de este año, creció y se vio fortalecido gracias a la permanencia de empresas, instituciones, asociaciones y colaboradores que refrendaron su apoyo a este proyecto emanado de Casa Inverso, así como gracias a quienes depositaron su confianza por primera vez en este encuentro de teatro, como patrocinadores, voluntarios y espectadores.

El repaso de las escenas diarias lleva inevitablemente a pensar en luces, andamios, herramienta de trabajo, vestuarios, textos. Invita a detenerse en expresiones capturadas por la mente o por las cámaras, de los rostros que intervinieron siendo parte esencial de cada evento; actores, músicos, productores, jefes de foro, reporteros, equipos de trabajo y espectadores. También, permite archivar conversaciones de pasillo, experiencias, relatos entre profesionales de las artes escénicas y asistentes en general, hasta los detalles curiosos que quedarán guardados en el anecdotario.

En el recuento de sucesos, la semana CAÍN brinda imágenes que deleitan, al ver el ímpetu y la disciplina con que cada grupo se planta desde a temprana hora, para ubicar cada detalle de su producción en el foro que aloja su montaje. Sin dejar de mencionar lo que cada equipo técnico, en las distintas sedes participantes, deja de manifiesto una vez más, su destreza y habilidad para aforar cada espacio, de todas las maneras posibles o por lo menos, las que por hoy se han descubierto.

Por otro lado, pronto podremos conocer la opinión que el público plasmó en las encuestas levantadas al final de cada función y con esto, hacer un ejercicio de evaluación y autocrítica al interior del equipo de trabajo que conduce los hilos de CAÍN.

Por ahora, se cierra este aquí y ahora, concluye el episodio CAIN 2014 con ánimo gozoso e infinidad de agradecimientos por un Solitario Joseph que nos regaló su estreno, por el Proyecto PRI de Lagartijas tiradas al sol que nos exige saber y no olvidar, por el brío de los universitarios en la Escena Emergente, porque al estilo Alebrije recordamos nuestro sentido de pertenencia.

Agradecidos por la ayuda de nuestras familias y su trabajo artesanal en las pequeñas cosas, por el apoyo de los amigos, por las cuidadosas manos que nos alimentaron durante estos días, ya que estamos convencidos de que: una mala comida, llega a impedir una buena función. Y con quienes ordenaron y limpiaron cada día el lugar que pisamos.

Tras bambalinas recordamos con respeto a personajes que dejaron de ser tangibles; Armando y Katapú, mientras se espera el arribo de vidas nuevas; Isabella y Camila o Ileane, a quien mejor llamaré “cachita” mientras sus padres deciden cómo nombrarla y que de seguro ambas, ya están sintiendo el teatro desde la comodidad de un vientre.

En este momento queda en el corazón una pizca de nostalgia, impulso necesario para trabajar en lo siguiente. Con la clara idea de que el amor, aquí o en Berlín, sea dichoso  desventurado, tutele muchos de nuestros actos. Y que el único insecto que nos inquiete, no sea el de una dictadura sino el del arte. No queda más que decir: el tiempo vuela ¡hasta pronto CAÍN!


Violeta Mariana Parra

viernes, junio 06, 2014

CAÍN, Día 4: Striptease/Ensayo de Luces y El Camino del Insecto


Jueves en CAÍN. No habrá una, ni dos puestas, habrá tres.
Se trata primero de dos ejercicios escénicos Striptease y Ensayo de Luces; la jornada empieza para el público a las 6 de la tarde en Casa Inverso con un aforo casi completo, bastante más que en la función de ayer a esa misma hora, en ese mismo lugar.
La razón: se trata de la escena emergente de CAÍN, sección que da la oportunidad a jóvenes talentos de participar en el encuentro, quienes además, tienen dos textos de reconocidas dramaturgas de Argentina y México: Lola Arias y Bertha Hiriart.

Por estas razones, se reúnen muchos de los teatristas -o teatreros, para ser más coloquiales, menos diplomáticos- conocidos de la ciudad, además de algunos ya ubicados fanáticos del teatro. Poco público nuevo.
El programa se dividirá en dos: primero veremos Striptease.
Al entrar, nos recibe una lúgubre iluminación roja, un actor y una actriz dando vueltas a los cuartos, al parecer escondiéndose uno del otro. Un pequeño grupo de música acústica está al fondo, con acordeones y guitarras dándole un contexto melancólico a la habitación.




Una vez que la audiencia se ha acomodado en sus asientos, los actores también lo hacen, se sientan cada uno junto a una de las puertas y la función comienza.
Se trata de un texto sobre una pareja -expareja- que al parecer no ha podido superarse. Hablan sobre su relación, sobre el bebé que tuvieron, celos, falta de libertad, rutina, verdades y cuentas pendientes del pasado. Los actores tiran las líneas, sentados casi siempre, con entonaciones adecuadas, pero no suficientes, a veces acartonadas, probablemente por respetar al pie de la letra la línea escrita, sin un estilo de actuación claro.
Un ejercicio escénico, una obra corta, nada arriesgada ni propositiva y floja sobre la incapacidad de superación de una relación con claras marcas en cada uno de ellos.


Cuando la obra termina, se anuncia que una editorial local, Pollo Blanco, publicará el trabajo escrito. Los dos actores serán la portada del libro.
Se nos pide salir un momento mientras se acomoda el siguiente ejercicio.
Afuera, el público especializado comenta y yo puedo escuchar, al no tener otra cosa que hacer, la obra que se acaba de ver. Algunos hablan sobre la profundidad del texto, otros sobre los dos actores, unos opinan que ella es mejor que él, otros opinan exactamente lo contrario. No hay consensos.
El tipo de comentarios que genera una obra que no ha llenado las expectativas o que no alcanzó a llegar a los sentimientos del público.
El tipo de ejercicio que, según mi opinión, solo podría interesarle en algún nivel a la gente de teatro. Por el hecho de ver a los jóvenes o por ser un texto de una persona reconocida, o ambas, pero que tendría muy poco interés en el público general. Algo que se ve reflejado en la gente que asistió.
Después de que el equipo del encuentro acomoda la sala, podemos volver a entrar.


La segunda alineación escénica nos espera ya en posiciones, calentando para Ensayo de Luces.
Después de unos momentos, nos damos cuenta que el calentamiento es parte de la obra.
Una metaobra: obra dentro de una obra, dentro de una obra.
Una directora habla con sus actores sobre lo que tienen que hacer, en ese momento, los actores comienzan a ejecutarlo, la ficción dentro de la ficción trata sobre un director que quiere tener su ensayo de luces con una actriz que disfruta de causar celos a la esposa del director, quien era actriz también antes de tener un hijo con él, ella solo quiere ir a cenar, mientras que el obsesionado director pasa un mal rato al tener que lidiar con ella y otros conflictos que no le permiten correr su ensayo. También se encuentra el técnico que se encarga de iluminar, quien tiene grandes proyectos para dirigir y escribir.
Una obra sobre celos, aparentemente personal de su autora, y sobre lo difícil que es hacer teatro.
Al escribir el presente texto, me doy cuenta que leído parece más interesante de lo que realmente fue, tal vez por el choro del metateatro.






Otro ejercicio escénico, un poco mejor actuado y puesto. Ya se siente como una obra, con momentos divertidos y satíricos, pero con poca emoción fuera de eso y algunas líneas aún dichas sin mucha técnica, sobre todo por el actor que interpreta al director, sigue sintiéndose algo exagerado y como un ejercicio. Los actores que hacen al técnico y la actriz brillan por su interpretación.
Al igual que el anterior, por contenido y forma, pasa como un ejercicio que solamente podría tener un interés para la gente de teatro, pero para nadie más. Incluso hay alusiones a obras locales, de las cuales el público que está ahí se ríe, nada malo, solo un detalle, pero un detalle que revela mucho.
Al final, el director del ejercicio agradece la oportunidad de Escena Emergente de poder tener espacio en un lugar donde hay público más exigente y especializado. Me parece que es un acierto pensar en el público exigente y un arma de dos filos pensar en el especializado.
Haciendo respuesta a lo solicitado, como público exigente digo una cosa: me parece que hay que arriesgarse más, buscar textos donde haya que investigar un poco, afuera del ambiente y situaciones del teatro, para poder llegar a mayor público, también buscar formas de escenificación más creativas. Algo ultranecesario para poder hacer más y mejor teatro, con funciones pagadas y solvencia.
Afortunadamente, se trata al parecer de muchachos que están ingresando al teatro profesional y subiendo rápidamente. Puede notarse ya una calidad y esperemos que la sigan elevando, haciendo caso de lo que el público general quisiera ver, sin traicionar sus principios artísticos.

La función termina con aplausos del público.

Después de esto, que se siente como un aperitivo, nos vamos casi todos al Estudio Tres23 para ver El Camino del Insecto del Grupo Ocho Metros Cúbicos del D.F.
Una larga fila desde temprano para conseguir boletos bajo una lluvia ligera. Muchos de los que estábamos en Casa Inverso, mas otra comitiva. Una cosa en común: mayormente gente de teatro o funcionarios de cultura, poco público general. Algo lamentable, pero entendible: la obra es de David Gaitán, reconocido creador escénico, quien además le asistió dirección a Martín Acosta en la grandiosa versión de Timboctou que vino a Guadalajara y contó con talento de aquí.

Después de sentarnos todos los conocidos, directores, actores, críticos, excríticos, funcionarios, organizadores y/o dramaturgos en la gradería del Tres23, acomodada hacia la pared de la entrada, la función comienza con energía y precisión.
Nuestros dos actores salen a escena y nos narran un prólogo: la suciedad de los mundiales y del futbol. Los argentinos, en particular Maradona, revelaron años después que en la final contra Brasil, la famosa final de la Mano de Dios, literalmente envenenaron al rival para que perdiera.
Las consecuencias sociopolíticas del futbol. La corrupción imperante en una nación con un futbol también tramposo: el presidente Menem consigue una mayoría dictatorial de manera igualmente sucia.
La obra continúa y ahora estamos en México, en el futuro no muy lejano. México está en la final, un portero debe parar un penal decisivo, la dictadura, esa que no existe, pero si existe, sigue en el poder. Hay una esperanza de abolirla, pero existe un plan para detenerla.
El portero comienza a quedarse ciego y frente a él solo puede ver a un insecto suspendido en su vuelo, mirándolo directamente a los ojos. La obra se convierte en un ejemplo magistral de dramaturgia y dosificación de la información, un entramado de revelaciones que nos hacen saber poco a poco que demonios está sucediendo. 






Con una dirección escénica muy precisa, actuaciones consistentes y siempre en un tono y energía adecuados para llevarnos a lo largo de la trama, utilizando los dispositivos escénicos estrictamente necesarios con mucha creatividad, la obra no pierde potencia ni atención ni por un segundo.
Es, además, un tema sumamente necesario en nuestro contexto político actual. Una obra que debería ver más gente de la que estrictamente fuimos a verla en esa función.




El desarrollo oscila entre la opinión personal, pero bien fundamentada del texto sobre la relación política-futbol y la historia que se nos cuenta de una manera muy interesante. El público es capaz de imaginar y emocionarse con las escenas que se narran, hay tensión y distensión, conflicto y confusión bien manejadas. Uno puede imaginar las escenas montadas en su cabeza como en una película. 
Una obra emocionante que conecta con el espectador. 


Comienza a llover fuerte, el techo del Tres23 hace mucho ruido.
Esto le va a la obra cuando llega a sus momentos más tensos. Atmósfera y emoción, además de la que crea la música, también muy precisa.
Al final, los aplausos le ganan al ruido de la lluvia.


Mientras la lluvia se va, la mayoría de los que estamos ahí nos quedamos un rato a charlar. Todos parecen muy contentos de haberla visto, se encuentran satisfechos.

Es probable que el público general haya preferido ir a ver Níobe al Jueves de Teatro de la Secretaría de Cultura ,algo que me parece necesario para la generación de públicos y cumplimiento del gobierno con su responsabilidad de dar cultura, y por eso no hayan asistido a ver esta obra que tiene menos probabilidades de verse en Guadalajara. Sin embargo, pienso que sería buena idea pasarlo a lunes, para no interferir con la oferta teatral de Guadalajara, casi no hay obras los lunes.
En relación con la generación de públicos, debo insistir en la importancia de convertir a las alrededor de 300 personas que asisten al teatro en Guadalajara en mil. Esto se logra mediante obras como la segunda que vimos este día, que combina cosas que le interesan a la gente con una buena calidad y propuesta escénicas, que nos mantienen entretenidos y tensos, para al final llegar a una reflexión generada por la emoción.
Además, uno de los actores menciona el mérito del encuentro por ser organizado mayoritariamente con recursos privados, no públicos. Algo considerado como insólito para muchos.
Vemos entonces que si se puede hacer esto, tan necesario para el desarrollo sano económico del teatro y su posterior profesionalización.

CAÍN se anota su segundo 10 con esta obra.

El viernes, en el penútlimo día, toca algo de danza por primera vez en el Encuentro: Ejercicio Existencial del Cuerpo que Habla Parte I, de Experimental Machina.

Terminado el "Jueves de Teatreros VS. Jueves de Teatro", esperemos ver grupos mas variados de público el viernes.

jueves, junio 05, 2014

CAÍN Día 3: APARTE y UNA HISTORIA DE AMOR EN BERLÍN

Después de un energético y exitoso segundo día con la función de Derretiré con un Cerillo la Nieve de un Volcán, el Encuentro de Teatro CAÍN bajó un poco la espectacularidad para volverse a acoger en sus sedes clásicas principales: Casa Inverso y el Teatro Estudio Tres23, para los pequeños formatos.

La jornada del encuentro dio inicio para el público a las 6 de la tarde en Casa Inverso con la obra Aparte, del Colectivo Alebrije proveniente de la ciudad de León, Guanajuato.
El folleto, al igual que el día anterior, también indica que se trata de teatro documental.

En una tarde aún calurosa e iluminada se reúne una moderada cantidad de personas para ver el nuevo trabajo del mismo colectivo que organiza el ya famoso festival La Comuna en sus ciudad de origen y que el año pasado también participó en CAÍN con The Road to el Fin del Mundo, una obra que se desarrollaba en un camión de pasajeros.
Se esperan sorpresas.

Minutos después de las 6, el público entra a la calurosa sala de Inverso, con ventiladores encendidos a los lados, los tres actores ya nos esperan, sentados en el piso, interactuando con algunos objetos.


La obra comienza sin tercera llamada, ya toda una costumbre en el pequeño formato al parecer. Funciona muy bien porque le quita solemnidad a la interacción con el público, una buena decisión además que tiene que ver con el espacio. Podemos sentir a los actores, su energía y su presencia justo frente a nosotros, como tres amigos que nos están contando algo con mucha pasión.

Y si de energía y pasión hablamos, vaya que en esta obra se pintan solos.




Desde el principio, las energías de los tres son muy elevadas y nunca bajan hasta que se termina la obra. Un gran acierto que puede cimbrar hasta la audiencia, sin embargo, la obra tarda un poco en establecer su tema, en decirnos de qué se trata realmente.
Cuando finalmente sucede, se nos cuenta el punto de vista personal del colectivo sobre la ciudad de León, Guanajuato; la cual asumen como su ciudad: es un lugar marcado por la desigualdad social, la fe católica, la violencia y el desapego de las políticas ante el bien común y las tradiciones. Una tesis sobre resquebrajar y apartar clases sociales y trabajadores, sus formas de vida y costumbres de la ciudad donde nacieron y crecieron, donde tienen a sus familias y amigos.
Curiosamente, veo que ahora hay algunos grupos y obras de teatro preguntándose e intentando hacer documentación y reflexión sobre sus ciudades, como por ejemplo Encuentros Secretos de Aristeo Mora, algo completamente distinto, pero que tiene esa misma inquietud. (http://laguaridadelcritico.blogspot.mx/2014/02/encuentros-secretos.html)
Uno se hace preguntas sobre la necesidad de hacerse estos cuestionamientos y las tendencias actuales en el teatro.




La obra entonces hace saltos hacia otras líneas de ideas relacionadas. Las familias, la relación y recuerdos de los actores con ellas, los barrios donde se creció, conjuntos de anécdotas.
Todo esto mediante diferentes y muy variados recursos escénicos, tales como proyecciones en la pared, grabaciones de entrevistas y situaciones en video, música -algo arrabalera, pero intencionalmente, hay que decir- en un despliegue de actividades lúdicas que van desde invitar una cerveza al público, saltar la cuerda, bailar  terriblemente "Dónde estabas tú" de Benny More al estilo de Tin Tán, hasta que el público le aviente lechugas a los actores por un mal desempeño.






Se trata de una obra marcada por el movimiento continuo y la energía física.
Lamentablemente, el movimiento es solamente narrativo y tiene una muy débil estructura dramática o discursiva ante el documental que pretendían montar. Cuando parece que el discurso va a avanzar, hay algo que lo detiene o lo hace retroceder, las ideas no se desarrollan adecuadamente y se regresan o truncan para pasar al siguiente dispositivo escénico. Estos son tantos, tan variados y tan enérgicos que, sin tener una línea argumentativa clara, pueden distraer y confundir al espectador, de tal suerte que lo que el grupo quiere decir con la obra sea ambiguo o no se entienda, hay también algunos problemas con el ritmo de la obra, mas que nada cuando se pone material audiovisual en pantalla, este puede durar demasiado y al estar hecho de manera sencilla e improvisada, también es visualmente poco atractivo, por lo cual corta el ritmo y uno se puede distraer, incluso pensando que todos estos recursos están siendo usados para ganar tiempo.
La actoralidad tampoco parece estar bien definida, en momentos no se sabe si lo que se está viendo es intencionado o no, dentro de la propuesta del actor-actor, no actor-personaje.
Al final, lo que el grupo quería manifestar sobre su ciudad queda poco claro, se siente aún como un bosquejo de algo que quieren decir, en un ambigua anécdota con muchas líneas de información con la cual es difícil conectar emotivamente.




Después de ver una obra energética, noble y bien intencionada, de un grupo joven, práctica y notoriamente nuevo al que aún le falta camino y búsqueda, pero que está haciendo teatro diferente y buscando nuevas formas en una ciudad con casi nula actividad y reconocimiento teatral, nos movemos hacia el Estudio Tres23 para ver la obra del grupo anfitrión del encuentro Una Historia de Amor en Berlín.

Si bien, esta obra es de pequeño formato también, tenerlas programadas el mismo día sirve para demostrar las enormes posibilidades que pueden hacerse con él. Mientras que la primera fue un experimento escénico documental, esta se trata de una dramaturgia original, narratúrgica con una estructura clásica.
Me parece muy importante señalar el hecho de que se trata de un texto original, ya que en Guadalajara hay muy poca gente que escribe teatro y creo que es sumamente necesario para ampliar el panorama artístico.


La obra, que trata sobre un actor treintañero y una cantante de la misma edad, que acaban de terminar con sus parejas, enamorándose, pero descubriendo que en el amor hay muchas vertientes que tienen que ver con la vida, la muerte, la aceptación, el presente y otros conceptos que solo en alcanzar la madurez pueden entenderse.
Una obra dramática a todas luces personal de su escritor y director Manuel Parra, actuada por Paloma Padilla y Olaff Herrera, quien además no repite la fórmula de sus obras anteriores.
En su función de estreno, a la cual asistí, escribí una crítica (http://laguaridadelcritico.blogspot.mx/2014/02/una-historia-de-amor-en-berlin.html) en donde hablé sobre las deficiencias en el segundo acto que se alargaba demasiado y en la actriz que no alcanzaba las caracterizaciones de los varios personajes que interpretaba. En esta ocasión, pude ver un avance considerable en esos dos aspectos. Da gusto ver que la obra mejoró.





Creo que lo mas meritorio de esta obra es el hecho de atreverse a escribir una historia personal, sacar demonios, generar reflexiones y compartirlas en base a experiencias personales. Una de las características que vuelven arte al arte, en lugar de hacer algo, que también me parece muy válido, pero no tan valiente: montar obras de dramaturgos reconocidos o clásicos.
El contenido nuevo siempre será bienvenido y más aún cuando es tan honesto.
Es de celebrarse que haya autores que lo hagan, pienso que es un derecho hacerlo y un talento muy especial poder ejecutarlo que eleva el capital artístico de la ciudad. También es bueno que ya no haya que pedir permisos para contar lo que uno quiere.
Se trata de una obra melancólica, para reflexionar sobre la condición del amor que damos y recibimos, pero con toques de humor ácido y satírico. Puede ser un espejo de lo que todos hacemos y eso causa risas y tristeza.


Como dije en mi crítica anterior, otro acierto es su casting: una pareja en la vida real con una química natural que le aporta a la obra algo que probablemente no tendría de no ser así.


Algunos puntos negativos que afectaron la función fueron una de las fotógrafas oficiales del Encuentro, tan bonita como imprudente, utilizó flash para tomar sus fotos antes la poca luz de la sala, afectando la experiencia para actores y público. Afortunadamente una de las organizadoras la detuvo casi de inmediato.
Un problema técnico con un proyector que no se resolvió, al estar por primera vez fuera de su sede original, le redujo potencia al clímax, causando una sensación baja de energía hacia el final.  Algo muy lamentable.


El siguiente día también será doble. En Inverso a las 6 Ensayo de Luces Striptease y a las 8 El Camino del Insecto en Tres23

miércoles, junio 04, 2014

CAÍN Día 2: Derretiré con un Cerillo la Nieve de un Volcán

Minutos antes de las 8 de la noche, la calle Ocampo esquina con Juárez en el centro de Guadalajara está bulliciosa y abarrotada. Más de 200 personas están esperando entrar a ver la nueva obra del grupo Lagartijas Tiradas al Sol: Derretiré con un Cerillo la Nieve de un Volcán.
Había que formarse con más de una hora de anticipación para alcanzar boleto gratuito para entrar.

Pasan de las 8 y el bullicio es tal que no hay certeza de cuántas personas aún alcanzarán a entrar con boleto y cuántas se quedarán afuera. La obra está empezando ya con algunos minutos de retraso.
Gajes del extraordinario cupo y poder de convocatoria que tuvo la función.
Se vive un ambiente emocionante, los que conocen el teatro nacional saben que el grupo en cuestión es un hito en su historia, un grupo que pone un ejemplo y propuesta novedosa con su forma de trabajo y sus contenidos, el público general está emocionado porque saben que verán algo diferente: un documental escénico, según dice el programa de mano.


Alrededor de las 8:15 de la noche el público empezó a entrar a la sala, sentándose poco a poco ante un escenario visible a nivel de piso, con un conjunto de sillas y mesas acomodadas a lo largo de un rectángulo, así como una pantalla para proyecciones al fondo.
La gente que no logró entrar está molesta y decepcionada afuera, circulan rumores de que se repartieron boletos en la Secretaría de Cultura de Guadalajara y que las personas que los tienen no están llegando a tiempo. No se sabe bien qué hacer.
Repartir boletos VIPs, un error grave de un encuentro que es para la gente.




Finalmente, los actores salen a escena, se sientan alrededor de una mesa, relajados, preparándose, platicando frente a todo mundo a manera de tercera llamada.


Las aproximadamente 140 localidades del Foro LARVA se ocupan, las puertas se cierran, algunos de los que están afuera deciden irse decepcionados, algunos más impulsivos quieren ejecutar un portazo. Los impulsos se detienen pasado un rato y muy poco público ve afectada la función por el bullicio de afuera.
Esperamos que la desorganización y el bullicio no arruinen la experiencia de la obra.

La función comienza.
Luisa Pardo, Gabino Rodríguez y Francisco Barreiro se mueven a marcas iniciales y, con mucha potencia, a través de contenido audiovisual, se comienza a hablar del contexto político-histórico actual: el PRI, partido que estuvo más de 70 años en el poder mexicano, ha vuelto después de 12 años de breve alternancia. Los jóvenes no quieren -no queremos- que regrese el PRI, por lo que simboliza, representa y ejecuta, sin embargo, se declara en voz alta que estas ideas provienen en gran medida de una tradición histórica, y que probablemente no se sepa demasiado sobre la verdadera historia del partido oficial.


Los actores declaran en voz alta y con total sinceridad que la presente obra es el producto artístico de una investigación para descubrir responsablemente esa historia.
Se hace otra importante declaración, durante el proceso de investigación, encontraron en una biblioteca en Veracruz un libro escrito por una mujer desaparecida, Natalia Valdez Tejeda, una maestra que mientras participaba en luchas sindicales escribió un libro de texto sobre la historia no contada del priísmo, a quien se dedicaron a investigar. La obra también girará en torno a la vida de ella, una mujer rebelde de pensamiento que fue borrada al parecer de la historia oficial.


Después de buscarla y no encontrar nada sobre ella, me pregunto: ¿es este personaje real o ficticio como dispositivo dramático?, mi opinión es que, en términos artísticos, no importa. Pero en términos históricos, vale la pena hacer la indagación.
La obra ya empezó a generar cuestionamientos e investigaciones personales.

El documental escénico empieza potente y sincero. Con una declaración de principios de investigación y con apertura total ante su audiencia. Características excepcionales y plausibles en los trabajos documentales artísticos.

Después del prólogo comienza la acción.
La obra revela, poco a poco, sin prisas y con extrema precisión en las actuaciones, tonos, incontables e ingeniosos dispositivos escénicos que son cuidados visiblemente por los propios intérpretes, la historia del partido oficial en México: PNR, PRM, ahora PRI, desde sus inicios posrrevolucionarios hasta el año de la alternancia. También, en una suerte de montaje paralelo comparable con un documental cinematográfico, la historia de Natalia desde su infancia.



Este paralelismo nos permite establecer una conexión emocional. Convierte a Natalia, el personaje del documental escénico, en la vida y voz de nosotros, de nuestros padres. De los ciudadanos mexicanos en su relación con el régimen  del partido oficial, estas escenas puestas a cuentagotas entre escenas de la historia nacional, de las presidencias y campañas desde Calles, pasando por la expropiación petrolera con Lázaro Cárdenas, la modernización y entrega del país de Manuel Ávila Camacho, los sindicatos, hasta llegar a las matanzas y nula negociación de Díaz Ordaz, el nepotismo de López Portillo, Fidel Velázquez, el entreguismo Salinista, el EZLN, Televisa y la crisis que enfrentó Zedillo en 1994. Información dura, pero dada de una manera muy lúdica y en momentos incluso cómica, pero en otros bastante impactante, por medio de las interpretaciones de los actores que a veces hacen de narradores, otras tantas van rotando personajes de la vida política nacional y nos muestran, de maneras a veces caricaturizadas y divertidas escenas reales, o que pudieron ser reales, de nuestra historia política.




Es una obra que nos ayuda a comprender la historia y por lo tanto, a hacer una reflexión acerca de quienes somos y por qué somos, debido a la herencia cultural e imposición del régimen. Natalia es una libre pensadora y en pasajes de su vida vemos su nula tolerancia a la corrupción, lo difícil que es ser mujer en México, la falta de oportunidades y sobre todas las cosas, el deseo
profundo e impotente de ser libre, verdaderamente libre.
Un reflejo de cada persona, de cada mexicano, olvidado entre la masa por la historia oficial. "Sé que picaré una montaña con un clavo o que derretiré con un cerillo la nieve de un volcán." es la frase que una de los primeros candidatos independientes que ganaron democrática e insólitamente contra el aparato del régimen dijo justo antes de volarse la tapa de los sesos en protesta por un fraude electoral perpetrado en su contra en 1943, un hombre desaparecido de la historia oficial.
Frase usada como un título simbólico y poderoso, unitario con la obra, un laurel de victoria, respeto y luto a Jorge Meixueiro.  El rescate documental de esto es una clara muestra de lo que la obra representa y hace.




Se trata, sin lugar a dudas, del grupo de teatro más socialmente comprometido del país. Tan comprometido como talentoso y disciplinado.
La obra mejoró muchísimo desde su estreno hace casi un año en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del CCU-UNAM, al cual tuve el privilegio de asistir. En aquella ocasión, era una obra muy larga, en momentos pesada, pero ahora puede verse que se hizo un pulido sobre un primer trabajo ya de por si exhaustivo de investigación, condensación y síntesis artística.
La obra es, a mi parecer, un ejemplo de la labor que se hace con la maleabilidad de toda la información para sintetizarla y convertirla en un espectáculo valioso, inteligente, hábil, que es apto para un gran número de público de un país que requiere propuestas que le hagan pensar sobre su realidad nacional, no solamente de manera histórica, sino filosófica y reflexionando sobre si mismo.
Todo esto a través de los símbolos, abiertos a la interpretación y el uso del escenario, a través de los actores que se ponen en posiciones vulnerables de una obra casi siempre seria, pero en momentos satírica y cómica.
Es una obra que hace uso intelectual del lenguaje teatral, agregando interpretaciones y subtextos libres, pero que no afecta negativamente al entendimiento del texto y anécdota principal; en pocas palabras: la obra trata a su público como gente inteligente.





Es notable y notorio que se hizo un trabajo riguroso, pensando en la audiencia, pero con la sinceridad de contar lo que quieren y sienten como su responsabilidad.
Es para celebrarse que la función haya sido gratuita, de esta forma, se reafirma la responsabilidad de los grupos para brindar estos contenidos a los hermanos mexicanos.

Después de una emotiva función, llena de energía de audiencia e intérpretes, el escenario inicial ha cambiado completamente ante nuestros ojos como una pintura viva, dejándonos en silencio, pensando antes de lanzar el primer aplauso.
Acabamos de ver una obra de arte y el grupo de teatro parece satisfecho.





Una reedición del libro La Revolución Institucional de Natalia Valdez se encuentra disponible para comprarse. La obra es efímera, el libro permanece para el que quiera llevarlo a su casa. Así se ataca la desmemoria desde dos flancos.



Ahora entiendo porque han dejado descansar su anterior obra El Rumor del Incendio, la cual lamentablemente nunca pude ver.
El hito y la comparación que representaban ante los públicos y críticos probablemente no dejaban que Derretiré con un Cerillo la Nieve de un Volcán tomara su propio vuelo y llegara a la madurez y respeto que merecía. Ahora puede sentirse que esto está resuelto.
Debo repetir: este día, en la segunda función de CAÍN 2014, hemos visto una obra completa. Una valiosa, responsable y mexicana obra de arte.
Afuera del teatro, se comenta, hay reflexión, se ha visto una obra de arte que tiene que verse.